Desde el tiempo de mi niñez, no he sido
como otros eran, no he visto
como otros veían, no pude sacar
mis pasiones desde una común primavera.
De la misma fuente no he tomado
mi pena; no se despertaría
mi corazón a la alegría con el mismo tono;
y todo lo que quise, lo quise solo.
Edgar Allan Poe.
OH!...que triste, pero que hermoso...
ResponderEliminarBesos Guillermo.
Feliz semana.
En Salamanca y contemplando el Tormes desde el viejo puente nunca se está solo. Centurias y milenios de historia cuajada de personajes y de hechos te acompañan siempre. Incluso si acercas la oreja al «berraco» de piedra puedes oír en su interior las voces que te hablan de glorias pasadas, presentes y futuras.
ResponderEliminarUn abrazo,
En tan hermossa ciudad no se puede sentoir la soledad,la vista se recrea en cada punto de la ciudad y eso te hace olvidar la ausencia de compañía.
ResponderEliminarBesos
Bonito tándem, los versos y tu fotografía...
ResponderEliminarSaludos Guillermo
Estupendo el momento que has captado con esas Salamanca monumental al fondo, bien complementada con el texto.
ResponderEliminarSaludos.
La soledad es necesaria, especialmente cuan es uno quién la busca y no los demás los que te la imponen.
Estupenda foto.
Un saludo
· LMA · & · CR ·
Buena captura del hombre con sus pensamientos sobre puente romano sobre el río Tormes desde donde se observa esa bonita vista de las catedrales.
ResponderEliminarRecuerdo hace muchos años cuando circulaban por el los camiones de gran tonelaje que tenían prohibido hacerlo por el moderno puente de hierro.
Un abrazo.
EXCELENTÍSIMO POST!!!!
ResponderEliminarABRAZOS